• Se conoce que se propaga mediante la transferencia
vertical de genes, pero el grupo de Alfonso Dueñas González, del IIBm de la
UNAM, comprobó en ratas de laboratorio que el ADN circulante puede inducir
progresión tumoral horizontal
Desde hace años, los
especialistas en cáncer saben que esa enfermedad se propaga mediante la
transferencia vertical de genes (modelo Mendeliano); es decir, la célula
tumoral transmite su herencia (ADN) a las células hijas de manera sucesiva en
cada división celular. La progenie de la célula tumoral es la responsable del
crecimiento tumoral y la formación de metástasis.
Una nueva
investigación, encabezada por Alfonso Dueñas González, del Instituto de
Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, demostró, por primera vez en un
modelo in vivo, que el ADN circulante liberado
por un tumor es captado por las células de otro tumor en el mismo animal, lo
que incita a este a desarrollarse más, es decir, induce su progresión.
Tras 12 años de
trabajo en la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer, que el IIBm tiene en
el Instituto Nacional de Cancerología, Dueñas González y sus colaboradores
comprobaron que las células tumorales liberan a la circulación ADN activo, que
participa en la progresión tumoral.
Por este hallazgo, el
universitario recibió el Premio CANIFARMA 2011 en Investigación Básica,
galardón que desde 1974 otorga anualmente la Cámara Nacional de la Industria
Farmacéutica.
Transmisión
horizontal del ADN
En la naturaleza, el
material genético puede intercambiarse entre células y organismos de diferentes
tipos. Por ejemplo, existe intercambio de ADN de virus a bacterias, de
bacterias a plantas, y de bacterias a animales, en un proceso llamado
transmisión lateral u horizontal del ADN.
“Nosotros pensamos
que si hay un tumor maligno en el cuerpo, puede liberar ADN hacia la
circulación, mismo que se introduce y logra la transformación maligna de otras
células que ya estaban dañadas, pero que todavía no se habían convertido en
cáncer. O bien, que si ya había micrometástasis (metástasis muy pequeñas,
clínicamente no identificables), el ADN liberado del tumor primario induce a
las micrometástasis a crecer. A esto lo llamamos progresión horizontal del
cáncer. Es lo que hemos demostrado en nuestro laboratorio”, explicó Dueñas
González en entrevista.
El proyecto, de 12
años, ha sido largo porque experimentalmente es muy difícil demostrar este
fenómeno.
“En el modelo más
demostrativo usamos ratas a las que se les administró un carcinógeno (para que
les produjera tumores en el colon). Posteriormente, a un grupo de ellas se les
inyectaron células de cáncer de colon humano en el dorso (que en una semana desaparecen
porque la rata rechaza las células humanas).
“Después de algunos
meses, lo que observamos fue que las ratas que habían recibido las células
humanas malignas desarrollaron tumores colónicos de más tamaño, en mayor
número, y que infiltraban a otros órganos en comparación con las que habían
recibido solamente el carcinógeno. En el momento que analizamos los tumores,
comprobamos con diversas técnicas que las células del colónico de las ratas
(inyectadas con las células malignas humanas) habían adquirido secuencias de
genes humanos.
“Con eso demostramos
que el ADN liberado del tumor humano se introduce y estimula el crecimiento de
los de la rata, de manera horizontal”, detalló.
“Esto significa,
transpolando los hallazgos a un escenario hipotético en el humano, que el tumor
primario libera ADN, que hace progresar al cáncer mediante la generación de
tumores secundarios o con la inducción a las micrometástasis a crecer con mayor
rapidez”, señaló.
Dueñas aclaró que los
métodos actuales basados en microarreglos de expresión o secuenciación no son
lo suficientemente finos para discernir, en todos los casos, si un tumor
"metastásico" es en realidad una metástasis, o un segundo tumor
primario.
“Con este trabajo
ponemos en perspectiva que este fenómeno de propagación horizontal del cáncer
por el ADN circulante puede suceder en vivo, y esto tiene implicaciones
terapéuticas”, precisó.
Detener al
“circuloma”
En su estrategia
sobre esta línea de investigación, Dueñas no se centra en las terapias clásicas
dirigidas al tumor, sino en detener al ADN circulante o “circuloma”.
“La idea es, en un
futuro, poder modificar este ambiente en la circulación, de manera favorable,
para que se reduzca o desaparezca el tumor”, adelantó el investigador, quien
avanza hacia una estrategia de tratamiento antitumoral por esta vía.
Fuente: DGCS-UNAM