Con el propósito de
sensibilizar a las sociedades de todo el orbe y crear conciencia sobre los
desafíos que plantea el bienestar del planeta y de los seres vivos que lo
habitan, el 22 de abril México y el mundo celebran el Día Internacional de la
Madre Tierra, iniciativa que promueve el reconocimiento de las sociedades de
que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan el sustento a lo largo de
nuestra existencia.
Tal como se expone en
la Declaración de Río 1992, mediante este festejo se busca también reconocer la
responsabilidad internacional y local que nos corresponde a los habitantes del
mundo de promover la armonía con la naturaleza y con la Tierra, con el fin de
alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y
ambientales de las generaciones presentes y futuras.
La celebración del
Día Internacional de la Tierra se fortalece con la invitación de la ONU a todos
los Estados Miembros, las organizaciones que integran el sistema de Naciones
Unidas, las organizaciones internacionales, regionales y subregionales, la
sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y los sectores
interesados, a observar esta fecha cada año para sensibilizar y recordar a los
seres humanos la obligación de preservar y respetar la riqueza natural con la
que comparten el planeta.
Asimismo, promueve el
objetivo de impulsar la Carta de la Tierra como un marco ético importante para
abordar de manera integral los problemas sociales, ambientales y económicos que
enfrenta la comunidad mundial, y fomenta la utilización de este documento como
instrumento ético y educativo, especialmente en el marco del Decenio de las
Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible 2005-2014.
Se trata de un
verdadero intento de crear un tratado de los pueblos por un nuevo sentido de
bienestar, desarrollo y justicia en el contexto de los apremiantes desafíos que
presenta la variabilidad climática y de la creciente presión sobre los
ecosistemas y los recursos naturales de los cuales depende toda la humanidad.
La Carta de la Tierra
surgió de un diálogo intercultural que se desarrolló durante una década en el
ámbito mundial acerca de distintos objetivos en común y de valores compartidos,
y si bien empezó como una iniciativa de las Naciones Unidas a finales de la
década de 1980, la sociedad civil global se encargó de continuarla y terminarla
en el año 2000 como una carta de los pueblos en un momento crítico del planeta
en el cual la humanidad, como una sola comunidad de vida, debe elegir su futuro
ante un destino común.
En el año 2002, en
Johannesburgo, Sudáfrica, durante la Asamblea de las Naciones Unidas Para el
Desarrollo Sustentable, México generó un consenso nacional por conducto de los
Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable (CCDS), y se manifestó a
favor de la Carta de la Tierra, a través de la Iniciativa Tipo II “Educando
para un Estilo de Vida Sostenible con la Carta de la Tierra”. El 22 de abril de
2007, durante la celebración del entonces Día de la Tierra, México ratificó
este compromiso.
A partir de entonces,
en el país se han impartido cerca de 150 conferencias en las que han
participado 25 mil mexicanos y mexicanas, más de 600 instituciones públicas y
privadas, académicas y de investigación, organismos de la sociedad civil y
diferentes sectores que han avalado formalmente la Carta.
Este documento ha
sido fuente de inspiración en México para tomar acciones en el ámbito
educativo, se ha incorporado a los programas de estudio de la educación básica
para promover en las escuelas pautas de comportamiento, actitudes y valores que
permiten una mejor relación de la sociedad con la naturaleza; es, además, un
referente para el desarrollo de políticas, legislación, normas y acuerdos
internacionales, y constituye un marco ético para las acciones de mitigación y
adaptación al cambio climático.
En 2010, México fue sede de
la celebración del Décimo Aniversario del Lanzamiento de la Carta de la Tierra,
que se llevó a cabo en Guanajuato, donde se abordó por primera vez el tema de
la mitigación y adaptación de las personas ante el inminente cambio climático
que enfrenta el planeta, y anualmente las instituciones de educación superior
realizan un encuentro nacional con el fin de intercambiar experiencias sobre su
uso educativo.
Fuente: SEMARNAT