martes, 6 de marzo de 2012

Promueve INIFAP operación de bancos comunitarios de semillas para conservar la diversidad vegetal

​• Los productores miembros del BCS deben guardar en sus hogares una cantidad de semilla similar a la sembrada para asegurar que la semilla no se perderá en caso de un ciclón, sequía, plagas o heladas, entre otros desastres.

• Su importancia radica en que son una buena estrategia de conservación que involucra activamente a los agricultores en la toma de decisiones para mantener una actividad y a conservar en su lugar de origen (in situ) la diversidad vegetal.

Como una estrategia de conservación y enriquecimiento de la diversidad vegetal del país, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrollo esquemas para la integración de Bancos Comunitarios de Semillas (BCS) como un recurso viable para disponer de este recurso en zonas donde de los efectos climáticos dificultan su cultivo y desarrollo.

Al considerar que un BCS es una manera efectiva para que los agricultores con baja probabilidad de siembra -en gran medida por fenómenos climatológicos como sequías y heladas-, este Banco se convierte en un lugar donde se almacenan las semillas que manejan grupos de productores interesados en mejorar, mantener y, sobre todo, intercambiar materiales agrícolas dentro de la comunidad o con otras regiones. El INIFAP, a través de su Campo Experimental Valles Centrales de Oaxaca, ha trabajado en una metodología y logística para elegir las zonas donde se implantará un BCS, de acuerdo con su ubicación geográfica, el clima, la vegetación, la migración, la organización y la diversidad vegetal. Este proyecto cuenta con el financiamiento del Sistema Nacional de Recursos Filogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (SINAREFI) y son una buena estrategia de conservación que involucra activamente a los agricultores en la toma de decisiones para mantener una actividad y conservar en su lugar de origen (in situ) la diversidad vegetal, lo cual es una opción para suministrar o abastecer semillas de calidad en un corto tiempo. Su función es similar a un banco comercial, la diferencia es que las transacciones no son con dinero, sino con semillas. Además, sus integrantes deciden la cantidad de semilla que aportará cada persona por ciclo de cultivo, qué variedad y qué especie, para después instrumentar el intercambio y, en su caso, el monto de venta. Generalmente, la semilla no se vende entre los agricultores miembros del Banco, sólo se establece el compromiso de reintegrar a la cosecha el doble de lo prestado; la persona que recibió el préstamo debe regresar la semilla bien seleccionada, limpia y seca. Se recomienda también guardar la semilla de reserva en cada ciclo de cultivo Los productores miembros del BCS deben guardar en sus hogares una cantidad de semilla similar a la sembrada para asegurar que el material vegetativo no se perderá en caso de un ciclón, sequía, plagas o heladas. El Banco Comunitario de Semillas es una estructura rústica que se conserva en botes herméticos de diferente capacidad, con temperatura ambiente, en un lugar seguro y seco para evitar la humedad. Es importante que cualquier dispositivo tenga cierre hermético para evitar la entrada de aire e insectos. Las muestras menores de 20 kilogramos se llegan a conservar en frascos de plástico tipo PET, de vidrio con tapa de rosca, en botellas de refresco, ánforas, bidones y cubetas. Los volúmenes superiores a los 20 kilogramos de semillas se deben guardar en tambos de plástico o almacenes de aluminio de 100 a dos mil kilogramos de capacidad; el INIFAP recomienda adquirir nuevos recipientes para no guardar la semilla en materiales que pudieran tener productos tóxicos.

Fuente: SAGARPA