- Dolor en las articulaciones, pérdida de fuerza y grosor en el músculo del brazo y la pierna, son algunos de los síntomas
- Existen diferentes tipos de atrofia, como son la neurológica, viral, músculo esquelética y congénita
Las personas con inactividad prolongada o que tienen trabajos sedentarios y no realizan ejercicio físico están más propensas a padecer atrofia muscular, que se caracteriza por la falta de estímulo nervioso en la placa neuromuscular, lo que ocasiona pérdida de fuerza en los músculos.
Esta enfermedad se puede presentar en cualquier etapa de la vida, pero es más común en el envejecimiento, con síntomas como dolor en las articulaciones, pérdida de fuerza y grosor en el músculo de las extremidades, por lo que se requiere examinar el tamaño de los músculos para determinar los nervios afectados.
Otros factores de riesgo pueden ser la desnutrición, poliomielitis, osteoartritis o infecciones por virus, además, existen diferentes tipos de atrofia, como son la neurológica, viral, músculo esquelética y congénita, esta última se manifiesta desde el nacimiento.
En entrevista, Juan Ramón Bonfil, Jefe de Servicio de Ortopedia en el Hospital General de México, mencionó que el tipo más grave de atrofia muscular neurológica es la neurógena, que ocurre cuando hay una lesión en un nervio que conecta al músculo, y es de forma repentina.
La atrofia muscular tiene como consecuencia la miotonía, que es la dificultad para la relajación después de una contracción muscular voluntaria o provocada, y aunque no es dolorosa, provoca problemas de debilidad y pérdida de volumen en el músculo.
La debilidad de los músculos puede llevar a la insuficiencia respiratoria, pero sobre todo afecta el sistema nervioso central, causando problemas de la visión y el habla, convulsiones y cambios estructurales en el cerebro. El diagnóstico de esta enfermedad incluye un examen físico, preguntas acerca de la historia clínica y los síntomas.