viernes, 27 de enero de 2012

Construyen red universitaria de observatorios atmosféricos

Contar con datos confiables y sistemáticos de calidad del aire y meteorología en el país, así como propiciar un mayor desarrollo de las ciencias respectivas en México, es la meta del proyecto que encabeza el Centro de Ciencias de la Atmósfera
• En su primera etapa, tendrá al menos una estación de medición en cada sede de la UNAM, con información calibrada y homologada enfocada a la investigación y docencia, dijo la directora del CCA, María Amparo Martínez Arroyo

Para impulsar la investigación y la docencia en ciencias ambientales mediante la obtención y análisis de datos atmosféricos generados en diversas zonas del país, la UNAM construye la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos, un amplio proyecto que busca responder, desde la ciencia, a los retos del conocimiento en ese campo, y a problemas emergentes como la contaminación, los eventos hidrometeorológicos extremos y el cambio climático.

“Hace varios años que en el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) nos preocupa contar con información confiable y sistemática en calidad del aire y meteorología, así como formar a nuevos investigadores que aprendan el manejo del equipo y la validación e interpretación de los datos”, explicó en entrevista María Amparo Martínez Arroyo, directora de la entidad.
Con esa meta, encabeza el proyecto para generar, desde México, información suficiente para el análisis científico, que considere los diferentes factores que participan en las condiciones atmosféricas de los variados ecosistemas del país.

A lo largo de su trayectoria, el CCA ha mantenido una estrecha colaboración con instancias federales, estatales y locales encargadas de esos temas (Servicio Meteorológico Nacional, CENICA-INE, Red Automática de Monitoreo Atmosférico en el DF y Estado de México, entre otras). Proporciona asesoría científica para mejorar sus servicios y contribuir a la formación de sus recursos humanos.

Desde el 2003, el centro coordina el Programa de Estaciones Meteorológicas del Bachillerato Universitario (PEMBU), que opera 14 estaciones distribuidas en los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), además de dos en las estaciones Chamela y Los Tuxtlas, del Instituto de Biología (IB), y una en las instalaciones del CCA en Ciudad Universitaria.

La Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos incluirá al menos una estación en cada sede foránea de la UNAM, y se contempla el establecimiento de convenios con otras instituciones de educación superior para buscar una mayor cobertura en el territorio nacional.

“La idea es contar con elementos consistentes, con los que se puedan también calibrar en Tierra los datos satelitales, y crear un sistema de referencia que analice la atmósfera de manera integral, con la consideración de sus interacciones con la biósfera, la hidrósfera, la geósfera y la sociedad”, resumió.

En la primera etapa, a concluirse en un periodo de 12 a 15 meses, se hará un inventario de los equipos en las diferentes sedes de esta casa de estudios, así como del personal que se hará cargo de su funcionamiento, y se contactará a los académicos que serán los usuarios en el corto y mediano plazo. Se adquirirá el equipo necesario para complementar las estaciones y conformar la red. En cada lugar se seleccionarán los sitios para colocarlas y se harán calibraciones conjuntas de los instrumentos.
El objetivo es que todas cuenten con los mismos instrumentos básicos, como sensores de temperatura, humedad, velocidad y dirección del viento, irradiancia, compuestos de azufre, nitrógeno, ozono y otros gases de efecto invernadero, así como partículas de diversos tamaños suspendidas en el aire.

Queremos homologar primero, y profundizar después, la obtención de información en campo, de acuerdo a las necesidades y capacidades de análisis en cada sitio, destacó Martínez Arroyo. Además de sensores atmosféricos y ambientales, en algunos casos se incluirán muestreadores de polen y esporas, de humedad de suelo y de cantidad y composición de la precipitación pluvial.

Esto permitirá desarrollar estudios atmosféricos desde la perspectiva de distintas disciplinas, como física, química, biología y matemáticas, así como la utilización de datos en modelación computacional.

La infraestructura más grande respecto a tiempo y clima, con más tres mil estaciones, pertenece al Sistema Meteorológico Nacional, adscrito a la Comisión Nacional del Agua.

También tienen instalaciones de este tipo la Comisión Nacional de Áreas Protegidas y otras instancias de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como varios agricultores independientes.

El Sistema Nacional de Calidad del Aire, del Instituto Nacional de Ecología-SEMARNAT, así como el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la zona metropolitana del Valle de México, analizan la calidad del aire en diversas ciudades del país, en colaboración con los gobiernos estatales; sin embargo, la formación de profesionistas e investigadores que atiendan estas áreas es insuficiente y desarticulada, reconoció Martínez Arroyo.

“Queremos ampliar y profundizar las mediciones, para que la infraestructura disponible, tanto de esta casa de estudios como de otras instituciones que han mostrado su disposición a participar en este proyecto, tengan la misma calidad y amplitud de datos”, comentó.

La continuidad y calidad de información, subrayó, ayudará a fomentar en México una cultura de la atmósfera, mejorará y extenderá la docencia e investigación ambiental integral, y acercará a los jóvenes estudiantes a esta disciplina multidisciplinaria y emergente a nivel mundial.

Con la creación de la red, que se suma a la sismológica y la mareográfica, la Universidad da un claro mensaje de la importancia de este campo y de su compromiso con el desarrollo del conocimiento científico en temas cruciales para la sociedad, consideró.

Si bien es un esfuerzo coordinado por el CCA, representa una tarea que involucra a los universitarios desde Ensenada hasta Puerto Morelos, que permitirá contar con este sistema de medición articulada que se convertirá en un elemento distintivo de la presencia de la UNAM en todo el país.

Además, al estar enfocada a la docencia y a la investigación, enriquecerá los alcances de la información generada por otras redes instrumentales existentes en diversas regiones; con ello, se mostrará la conciencia que tiene esta casa de estudios frente a los problemas ambientales y cambio climático, concluyó.

Fuente: DGCS-UNAM