Contaminantes, cambios climáticos, manejo de bacterias y narcotráfico “son las amenazas actuales de todas las comunidades vulnerables, no necesariamente pobres, que evitan su desarrollo social y le impiden a sus habitantes adquirir conocimiento para saber cómo escoger su futuro, y uno de sus tantos y terribles síntomas es la educación mental de sus niños, donde las madres pueden adquirir un protagonismo vital para que sus hijos sean agentes de cambio y no sólo aspiren a tener auto, familia e hijos”.
Esto lo dijo Fernando Díaz Barriga, coordinador del Centro de Investigación Aplicada en Ambiente y Salud de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, quien vino a la Universidad de Colima a impartir un taller sobre Manejo integral del riesgo en comunidades vulnerables.
Estas conclusiones, añadió, son resultado del trabajo multidisciplinario y transdisciplinario que ha realizado en su casa de estudios un equipo de profesionistas e investigadores en formación que él lidera. Este equipo, dijo, “se nutrió de intervenciones exitosas en otras latitudes como Colombia, Argentina, Brasil, y las reutilizó para beneficiar a las comunidades vulnerables a través de la reunión de áreas multidisciplinarias como la medicina y pedagogía para atender la salud mental, biología para saber de recursos naturales y biodiversidad, y sociología y antropología para lograr la organización social”.
Díaz Barriga reflexionó sobre el papel de las universidades públicas en este momento histórico del país respecto a la educación de 7 millones de jóvenes que ni estudian ni tampoco trabajan, y no sólo eso, “hay tantas necesidades en México que las universidades deben innovar en todos los sentidos y tener un rol complementario a la SEDESOL, SEMARNAT, Salud y a los gobiernos municipales y estatales, que consiste en asesorarlos y brindarles el apoyo directo y físico de nuestros recursos humanos para intervenir en comunidades vulnerables”.
La aportación de Díaz Barriga, en esta ocasión en la Universidad de Colima, fue breve. Los asistentes al taller conocieron más sobre sitios contaminados, riesgo ambiental y vulnerabilidad; “fue rapidísimo, pero la idea es sembrarles las inquietudes”, aseguró el experto. Entre sus reflexiones, compartió la actitud activa que deben tener los estudiantes, maestros, investigadores, directivos y rectores de las universidades públicas en la solución de estos problemas.
A sus colegas investigadores les dejó unas palabras: “Reconozco que deben publicar para estar en el Sistema Nacional de Investigadores y para tener proyectos, que deben formar recursos humanos para justificar su diario existir, pero allá fuera hay muchísima gente joven afectada por la vulnerabilidad, que requiere que esas mentes que tuvieron todo y son brillantes, hagan algo por ellos”.
A los jóvenes les pidió contar cuántos BMW o Audi se encuentran estacionados fuera de cualquier centro comercial que se respete. “Encontrarán fácilmente veinte de ellos, y luego entren e investiguen cuántas gentes son capaces de cambiar al mundo. Y esa noche, en lugar de rezar, saquen una conclusión: es muchísimo más fácil tener un BMW que poder cambiar al mundo, y es muchísimo más divertido luchar por ser un factor de cambio que dedicarte toda tu vida a tener lo que es muy fácil”
martes, 31 de enero de 2012
Es más fácil tener un BMW que cambiar el mundo: Fernando Díaz Barriga
Fuente: Universidad de Colima