La Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra Desertificación (CNULD) presentó hoy aquí el borrador del proyecto que pide a los países preparar sus políticas de gestión del agua, ante riesgo de mayor degradación de la tierra.
Changwon, Corea del Sur.- La Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra Desertificación (CNULD) presentó hoy aquí el borrador del proyecto que pide a los países preparar sus políticas de gestión del agua, ante riesgo de mayor degradación de la tierra.
En el marco de la COP de la Convención que se realiza del 10 al 21 de octubre en esta ciudad del sureste del país asiático, se conoció el texto de apoyo para políticas ante escasez de agua en el mundo, un "recurso finito y vulnerable" pero esencial en la vida del mundo.
Los responsables del área de Apoyo en Asuntos Globales de la Convención, Sergio Zelaya, y Emmanuel Chinyamakobvu, presentaron el proyecto que aclararon no busca dirigir ningún tema específico de la política hídrica de los países, sino ayudar a que haya mejores normas de gestión del agua.
La propuesta plantea "las vinculaciones con la energía, el medio ambiente, el cambio climático, la pobreza, muchos de los retos del Río+20" (de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sustentable de junio de 2012 en Río de Janeiro), explicó Zelaya.
"Depende de las partes llevar esto a cabo. Depende de las partes si hay decisión en la siguiente COP sobre un marco global sobre agua, especialmente lo relativa a la lucha contra la desertificación", abundó.
Chinyamakobvu recalcó que se parte de varios principios para esta propuesta, como el reconocer que el reto del manejo ante la escasez de agua, requiere de leyes para garantizar el consumo humano, animal, de la agricultura, industria y necesidades ambientales.
"Se reconoce que el cuidado del agua está ligado del desarrollo sustentable, a la economía, a que el subdesarrollo de los recursos de agua afecta el funcionamiento de los ecosistemas y de la producción de alimentos", aseveró.
En el texto, la ONU recuerda a los países que las decisiones políticas sobre los sistemas en muchos casos son generadoras de conflictos (tanto internos como externos).
Por ello, una de las sugerencias es apoyarse en la institucionalidad local y regional, para evitar los conflictos y hacer un manejo efectivo de la gestión del agua.
La iniciativa busca que se refuercen las políticas de los países antes del 2018, año en que vence el Plan Estratégico de 10 años aprobado en 2007 por la Convención para asegurar los mecanismos de lucha global contra la desertificación.
En el documento se destaca que "los retos y las amenazas de escasez de agua a las poblaciones del mundo van a aumentar en la magnitud y el alcance de la cara una mayor desertificación, degradación de la tierra y la sequía".
"A pesar de los considerables progresos desde 1990, un tercio de la población mundial vive bajo condiciones de estrés hídrico, y con la desertificación y degradación se exacerba la situación", recalca el texto.
El borrador subraya que además existe un fuerte vínculo entre la pobreza y la escasez de recursos hídricos, ya que el número de personas que viven con menos de 1.25 dólares al día coincide aproximadamente con el número de personas sin acceso a agua potable segura.
"Casi el 80 por ciento de las enfermedades en países en vías de desarrollo están relacionados con el agua, por lo que cinco mil niños mueren cada día de diarrea. Aproximadamente el 10 por ciento de todas las enfermedades en todo el mundo podrían evitarse mejorando el suministro de agua", añade