De todos los productos fabricados con aluminio, las latas son las más comunes y su uso se ha vuelto cotidiano, en nuestro país se consumen 15 millones 400 mil latas por día equivalentes a 240 toneladas diarias
La industria del reciclaje del aluminio en México es casi inexistente si la comparamos con otras naciones principalmente europeas. No existen en nuestro país, datos, estudios o programas específicos o actualizados sobre recolección, destino y reciclaje de ese metal.
Lo que hay por lo pronto, son esfuerzos dispersos de grupos ambientalistas apoyados por instituciones académicas y media docena de empresas privadas que intentan hacer del reciclaje del aluminio una práctica que ayude al medio ambiente y a la vez sea negocio.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Ecología (INE), publicados en la página de internet de la Campaña Conciencia Ambiental a cargo de la productora Locomotora y avalados por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en México se consumen 462 mil 689 toneladas de acero y aluminio de las cuales 277 mil 608 son de este último metal.
De todos los productos fabricados con aluminio, las latas son las más comunes y su uso se ha vuelto cotidiano, en nuestro país se consumen 15 millones 400 mil latas por día equivalentes a 240 toneladas diarias.
Un kilo de aluminio está formado por aproximadamente 65 latas y casi el 99% de todas las latas de cerveza y el 97% de las latas de refrescos son de aluminio pero sólo la mitad se recupera para su reciclaje.
Falta de información
Canek Pérez Hernández, directivo de Locomotora y uno de los principales impulsores de la campaña Conciencia Ambiental, aseguró que el reciclaje de aluminio en México está en pañales producto de la suma de varios factores como la poca cultura ecológica de los ciudadanos y la falta de visión de negocio de muchos empresarios, adicionalmente de la falta de información, “hay muchos huecos en cuanto a información, en México, faltan datos recientes sobre impacto ambiental, financiero y económico, por ejemplo no hay un control de los sitios de reciclaje, unos abren otros cierran, su tiempo de vida es muy relativo”, subrayó.
Pérez Hernández relató que Conciencia Ambiental surgió con el fin de difundir mensajes para el consumo consciente apoyados por 10 portavoces, “la UAM sirvió como uno de los principales patrocinadores, financió la impresión de anuncios en parabuses, la postproducción de promocionales y encabezó la supervisión técnica del contenido de la propia campaña, se dedicaron a revisar todos los contenidos investigados, las fichas técnicas y las cifras para poder avalarlas, nos costó mucho trabajo porque no hay estudios enfocados a eso, tuvimos que buscarlos en instancias internacionales”, reveló el ambientalista.
Un ejemplo de lo anterior es el precio mismo del kilogramo de lata de aluminio, la falta de regulación y de un mercado formalmente establecido han permitido que en 2011 el kilo de estos recipientes se pague entre 7 y 12 pesos.
Una lata regresa 90 días después
Carolina López Suero, directora de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, aseguró que en la industria del reciclaje existe un problema desde la recolección hasta su retorno.
“En términos técnicos el aluminio es de los materiales mas fácilmente reciclables, sus temperaturas de fundición son mucho menores a las utilizadas para fundir o reciclar acero, la inversión y el retorno es mucho más favorable en una planta recicladora de aluminio que en una de PET, la primera cuesta alrededor de la tercera parte de la segunda y esto se debe a que para reaprovechar este metal, se utiliza un proceso físico más que químico, por ello es uno de los residuos inorgánicos mejor pagados”, subrayó la especialista.
López Suero alertó sobre el próximo cierre del depósito conocido como Bordo Poniente y sostuvo que el reciclaje es una de las oportunidades de negocio más grades que existen hoy en día, “los negocios verdes son las más apuntalados por fundaciones y organismos internacionales y son de bajo riesgo sólo hay que cuidar el aspecto de cómo obtener esta materia prima”, resaltó.
Dijo que el aluminio, en este caso, es un residuo sólido y materia prima para mucha gente, “representa fuentes de trabajo y por eso se tiene que cerrar el ciclo de vida del producto”.
Una lata de aluminio continúa siendo un residuo sólido después de 500 años y en teoría debería de regresar a los anaqueles en 90 días. Las cifras del INE avaladas por la UAM señalan que si cada uno de nosotros reciclara 10 latas de aluminio al año ahorraríamos 150 millones de pesos en materias primas o la electricidad que consumen todos los televisores del país encendidos durante 5 horas que equivalen a 593.13 GWh.
Se ahorraría también en el gas que consumen 80 mil hogares que representan una 51 mil toneladas de petróleo. Para crear nuevo aluminio se necesitan grandes cantidades de materia prima (bauxita, mineral del que se obtiene) y que no abunda en la naturaleza, además el proceso es muy contaminante.
Reciclar aluminio representa un ahorro de 91% de la energía que se requiere para renovarlo, además de que evita mayor contaminación atmosférica. Por cada tonelada de aluminio tirada a la basura hay que extraer cuatro toneladas de bauxita.
Durante la fabricación se producen dos toneladas de residuos muy contaminantes y difíciles de eliminar.
Gran oportunidad pero para otros
La empresa global de energías alternativas Abengoa, adquirió en fechas recientes, por casi 35 millones de euros, 38% de Qualitas Venture Capital (QVC) para controlar 98% de su empresa de reciclaje de aluminio.
Fue hace cuatro años cuando estas dos empresas decidieron asociarse para reciclar aluminio y en aquellos años (finales de 2007 y principios de 2008) el grupo, cuya sede se ubica en la ciudad de Sevilla, España, controlaba aproximadamente 61% del negocio de reciclaje de aluminio.
Con esta última adquisición, Abengoa se convirtió en el líder del Viejo Continente en el reciclaje de aluminio con una capacidad para seleccionar cerca de 800 mil toneladas de desperdicios y residuos del metal.
La compañía cuenta con ocho centros de tratamiento en Alemana, España y Reino Unido.
Fuente: PNUMA