Los sistemas de captación de agua pluvial disminuyen el consumo de agua potable hasta 80 por ciento, particularmente en época de lluvias, s ostuvieron investigadores de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México, quienes consideraron que este método permitiría alcanzar la sustentabilidad de las comunidades.
Miguel Ángel Balderas Plata, José Isabel Juan Pérez, Jesús Gastón Gutiérrez Cedillo, Xanat Antonio Némiga, Delfino Madrigal Uribe y Mariana Hernández Hernández indicaron que además de subsanar una necesidad vital, los sistemas de captación de agua pluvial contribuyen con la conservación del ambiente y permiten al hombre de zonas urbanas reintegrarse a su entorno y formar parte de él de una manera equilibrada.
Los autores de la investigación titulada “ El aprovechamiento del agua de lluvia, un aporte para las ciudades sustentables”, i ndicaron que en zonas urbanas que cuentan con un adecuado suministro de agua potable, estos sistemas tienen como propósito contribuir a disminuir el impacto ecológico y social de transportar el vital líquido grandes distancias, es un proyecto complementario de las redes de abasto de agua.
Sin embargo, la sustentabilidad urbana, específicamente de este recurso, debe considerar en primera instancia, el manejo integral del suministro o abastecimiento, las redes de drenaje y el saneamiento de las aguas residuales, es decir, los tres servicios básico de un sistema sustentable hidrourbano.
Además, precisaron, estos servicios tienen una cobertura deficiente e irregular, que afecta a algunas demarcaciones territoriales de manera temporal o permanente, dentro de las zonas urbanas, como consecuencia del inapropiado manejo del recurso.
Esta iniciativa, sostuvieron, puede tener impactos positivos sobre el abasto de agua, ya que reduce la dependencia de fuentes externas y deriva en el ahorro de energía de bombeo.
Por otra parte, en los sitios donde las inundaciones son frecuentes, los sistemas de captación de agua pluvial significan una solución parcial, ya que el líquido que se recolecta en las cisternas es un caudal que deja de enviarse al drenaje, al menos durante la tormenta, lo que alivia las redes de descarga y permite que trabajen mejor sin saturarse.