De la gran extensión de selvas que conforman al estado de Veracruz, sólo quedan vivas el 30 por ciento, es decir, se ha perdido el 70 por ciento. Esto trae como consecuencia el desabasto de agua y el calentamiento de la región, por ello es fundamental la reforestación, expresó Oswaldo Graciano Porras, coordinador de Ecoalternativas para el Desarrollo Rural Sustentable, A.C, durante la Semana Forestal que organizó la Universidad Veracruzana (UV).
El territorio veracruzano, a lo largo y ancho, está conformado por un importante porcentaje de selva de varios tipos (tropical, alta, baja, caducifolia, etc.); sin embargo, esa gran extensión se ha dañado ocasionando su desaparición en alarmante porcentaje.
La devastación de la selva implica un serio daño al ecosistema y a los modos de vida, incluyendo la humana. “Lo que queda de selvas se debe en gran parte a las reservas, a los parques nacionales, a las Áreas Naturales Protegidas y a lo poco que la gente no ha convertido en pastizales, milpas, potreros”.
El cambio de uso de suelo y el lucro con animales y plantas exóticas son algunas de las causas principales de la devastación de las selvas veracruzanas, y a esto se suma otro problema: el poco interés para su reforestación, refirió.
Y es que de acuerdo con Oswaldo Graciano, el mayor interés para la reforestación –incluso de dependencias como Conafor– se centra en la restauración de bosques y áreas que contemplan la siembra de plantas maderosas, es decir, árboles como cedro, pino, encino, los cuales implican producción y ganancias económicas con base en las maderas finas.
Al respecto existe desidia e ignorancia por parte de la sociedad y las autoridades, pues es fundamental la reforestación en cuanto a plantas maderosas y especies tropicales y de todo tipo, ya que cada una tiene un valor único en el ecosistema, sobre todo en el actual momento de vida del planeta que sufre un cambio climático, precisó Graciano Porras
Fuente: PNUMA