lunes, 18 de julio de 2011

Capacitan a comunidades para aprender a medir CO2 08 – 07 – 11

El proyecto está liderado por el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM e implica calcular la cantidad de CO2 contenida en un árbol a través de un método no destructivo

Ciudad de México.— El Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM les dará capacitación a comunidades de Michoacán y Jalisco, con el propósito de que aprendan a medir la capacidad de captura de CO2 que tienen los bosques en los que viven, y reciban un pago por conocer qué cantidad de emisiones adsorbe.

El trabajo está liderado por la investigadora inglesa Margaret Skutsch, y pretende desarrollarse en 15 o 20 comunidades del municipio de La Huacana, en Michoacán, y de la cuenca del río Ayuquila-Armería, en Jalisco, para demostrar que esta estrategia beneficia a todos, así como propiciar la participación de México en esta iniciativa de mitigación con beneficio social.

El proyecto —que cuenta con la colaboración de tres estudiantes de doctorado y un postdoctorado del CIGA— implica calcular la cantidad de dióxido de carbono (CO2) contenida en un árbol a través de un método no destructivo.

Para tener esa información, se realiza una estimación de la biomasa del tronco, con el cálculo del volumen de carbono a partir de mediciones directas en el campo, donde se calcula el número de árboles por hectárea, se mide diámetro y altura de cada uno, y se determina la cantidad de ese elemento químico, a partir de la regla que señala que un tronco maduro contiene 50 por ciento de CO2.

“En el campo se necesita un mapa del bosque, conocer el área exacta con el número de árboles por hectárea. Es posible con máquinas simples, como un sistema de posicionamiento global (GPS), un teléfono inteligente y una computadora con una base de datos que haga los cálculos con ecuaciones que ya están en el equipo”, explicó Skutsch.

Con ese objetivo, los científicos capacitan a cuatro o cinco personas de cada comunidad, quienes realizan las mediciones y el monitoreo de la cobertura vegetal.

Como requieren ayuda para identificar muestras dentro del ecosistema, pues la cantidad es difícil de determinar, se les proporciona asistencia técnica. Ellos miden los árboles, luego integran la información a una base de datos, creada especialmente con ecuaciones, y hacen los cálculos en una computadora, detalló.

La información estadística revela cuánto carbono hay capturado en el bosque. Esta medición se hace cada año, durante un lustro, tiempo indispensable para evaluar la biomasa.

Con esos datos, los campesinos aprenden formas de mitigación y conservación y obtienen recursos económicos, pues el sistema internacional REDD paga si hay aumento en la captura de CO2, finalizó.

Fuente:PNUMA