miércoles, 7 de septiembre de 2011

La prevención ante fenómenos naturales no es moda, sino una necesidad vital: Carlos Navarro, vulcanólogo

El occidente de México se caracteriza por ser una zona donde se conjugan el riesgo sísmico, el volcánico o el asociado con los riesgos hidrometeorológicos, y que cada año se manifiestan. Por eso, con el propósito de generar una mayor cultura de prevención, se creó hace días el Comité Técnico Científico Asesor de Protección Civil, como órgano de consulta en la prevención de desastres originados por fenómenos geológicos, hidrometeorológicos, químicos, sanitarios y socio-organizativos.

Carlos de Jesús Navarro Ochoa, miembro de este comité y responsable del área de Riesgos Geológicos, explica que el Comité está formado por un conjunto de especialistas dedicados al estudio de algún tipo de fenómeno perturbador, por lo que cuentan con la capacidad técnica y científica para emitir juicios respecto del origen, evolución y consecuencias de los fenómenos en que son expertos.

El investigador universitario, adscrito al Observatorio Vulcanológico, comentó que la tarea de cada uno de sus integrantes es elaborar estrategias en su área de riesgo, porque resulta importante estar preparados para afrontar cualquier contingencia o desastre; por ejemplo, el monitoreo constante de la actividad del Volcán de Colima permite actuar con tiempo y tener una prevención efectiva.

En lo que corresponde a su área de responsabilidad, dijo que aunque no se pueda luchar contra el desencadenamiento de las fuerzas de la naturaleza, sí es posible crear instrumentos de prevención que mitiguen tales manifestaciones, como serían sistemas de alerta temprana, planes de ocupación de suelos y de construcción apropiada, planes para salvaguardar edificios escolares, así como promover trabajos de investigación después de los desastres y adoptar medidas de rehabilitación.

Una de las tareas asignadas al Comité es la realización del atlas de riesgos.

Las cinco áreas que conforman el Comité, dijo, conllevan un objetivo particular, que es incrementar la cultura de prevención y establecer vínculos de comunicación en su área de responsabilidad, que les permitan generar una conciencia mayor de los peligros naturales en la población de Colima.

Todo esto, agregó el investigador, debe tener una visión de prevención del desastre; “existe mucho trabajo por hacer en esta línea, tanto con autoridades como con la población y con un programa que vaya desde visitas a los medios hasta pláticas con la gente y la información a las autoridades”.

Aclara: “No es moda, la posibilidad de daño está latente y hay que estar conscientes de los diferentes fenómenos que nos pueden afectar, por lo que es vital saber cómo actuar antes, durante y después de un evento”.

El estudio de la historia de desastres naturales ocurridos en Colima es una parte esencial para poder actuar ante un desastre, comentó; “hace falta una cultura de protección, correlacionar el evento ocurrido con las evidencias históricas y crear una cultura de protección que tenga su punto principal en la prevención”.

Carlos de Jesús Navarro se ha desempeñado durante veinte años en el Observatorio Vulcanológico y los trabajos principales en los que ha participado son el mapeo geológico y el mapa de peligros. Durante doce años se ha dedicado a la historia de las erupciones que ha tenido el volcán, incluyendo el Nevado, trabajos publicados en revistas internacionales.

Fuente: UdeCol