- El no tratar una fobia durante la niñez, puede desencadenar en la adolescencia problemas graves como depresión y ansiedad
- Existen factores genéticos y ambientales que influyen de forma determinante en el desarrollo de una patología mental
Padecer algún tipo de trastorno mental durante la niñez o adolescencia como depresión, ansiedad, o déficit de atención e hiperactividad, constituye un factor de riesgo para el consumo de algún tipo de droga, afirmó Liz Sosa Mora, Coordinadora de la Clínica de la Adolescencia del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”.
Por lo anterior, dijo, es muy importante que los padres de familia se encuentren atentos ante cualquier cambio emocional que presenten sus hijos y los atiendan de forma oportuna.
Indicó que es frecuente que durante la niñez se manifieste algún tipo de fobia como puede ser miedo a la oscuridad o algún animal, y si no es atendida puede desencadenar un trastorno de ansiedad o pánico, durante la adolescencia.
Datos de la Encuesta Nacional de Trastornos Mentales de 2003, señalan que el trastorno más frecuente entre la población mexicana es la ansiedad, que en muchos de los casos es ocasionada por fobias específicas, las cuales se presentaron durante la niñez o adolescencia.
Asimismo, puntualizó que estudios realizados por este Instituto demuestran que la presencia de una alteración mental es un factor predisponente para iniciar el consumo de una sustancia adictiva, ya sea licita o ilícita, por ejemplo, la depresión está muy asociada con el consumo de alcohol, mariguana e inhalantes.
Explicó que las causas de un trastorno mental son multifactoriales, es decir que además de la predisposición genética también intervienen cuestiones ambientales, como puede ser la violencia intrafamiliar, disponibilidad de la sustancia adictiva, alteraciones nutricionales o algún traumatismo craneoencefálico.
Por ejemplo, precisó, se sabe que existen factores hereditarios para el alcoholismo, porque hijos de alcohólicos tienen más riesgo de desarrollar una dependencia al consumo de bebidas etílicas.
Se conoce que el consumo de alcohol en edades tempranas está asociado con factores ambientales como es la disponibilidad del producto, aunado a las características propias de la adolescencia como es la impulsividad, rebeldía y la búsqueda de aceptación entre pares.
La especialista enfatizó en la importancia de detectar de forma temprana cualquier trastorno mental, ya que ello ayuda a disminuir el riesgo de consumo de sustancias adictivas.
Destacó que los padres de familia tienen en sus manos factores denominados “protectores” para evitar que sus hijos caigan en alguna adicción, entre ellos se encuentran mantener una adecuada comunicación, crear un sólido vinculo afectivo, cubrir sus necesidades de alimentación, vestido y educación.
Recomendó a los padres que cuando sus hijos manifiesten algún tipo de fobia o un comportamiento fuera de lo normal acudan con un especialista para que los valore, además de establecer estrategias que estimulen su capacidad para enfrentar sus temores.
Fuente: Secretaría de Salud