martes, 6 de septiembre de 2011

Convertir el dióxido de carbono en combustible será posible en 2016

Por Vanessa Marsh. Ingenieros europeos han descubierto un sistema para transformar el dióxido de carbono (CO2) en combustible útil, sin generar contaminación adicional. Aunque el proceso sólo ha convertido un 1% del dióxido de carbono, la mejora de la tecnología hace prever que en 2016 pueda estar implantada a nivel industrial. El CO2 es el principal causante del cambio climático. Sin embargo, con esta tecnología no sólo se lo podrá eliminar de la atmósfera y convertirlo en fuente de energía, sino que su transformación se consigue de forma limpia porque el proceso se basa en la energía solar.

Un estudio pionero, ha descubierto una forma de transformar el dióxido de carbono (CO2) residual en combustible útil. El proyecto analizó formas de aprovechar el carbono “perdido” en el CO2, el residuo más común que proviene de la combustión de combustibles fósiles y el gas de efecto invernadero más importante, responsable en gran parte del calentamiento global.

Aunque el CO2 no es el peor gas de efecto invernadero, es hasta ahora el más abundante, y los niveles de CO2 en la atmósfera, controlados de cerca, muestran una correlación desconcertante con los aumentos en la temperatura del aire y del mar.

La conversión de CO2 en combustible no es un sueño sino una posibilidad real que requiere más investigación. Los resultados de este proyecto, una vez perfeccionado, podrían ayudar a dar marcha atrás y eliminar el CO2 de la atmósfera convirtiéndolo en combustible útil. Uno de los problemas del CO2 es que es un gas muy estable. Una vez producidos, los enlaces químicos en el CO2 son extremadamente difíciles de romper. La nueva técnica hace posible que catalizadores especiales rompan estos enlaces químicos y creen moléculas de carbono de cadena larga que pueden convertirse fácilmente en combustibles.

La investigación puede considerarse sin duda de vanguardia. Tradicionalmente, el nivel de energía necesario para romper dichos enlaces químicos, incluso con catalizadores, es muy alto. Los investigadores emplearon un enfoque de dos etapas. En primer lugar, se utilizó luz solar con un catalizador de titanio para dividir moléculas de agua, separando “protones” libres (iones de hidrógeno), electrones y gas oxígeno. En la segunda etapa, esos electrones libres se utilizan para reducir el CO2 y unir los átomos de carbono empleando catalizadores de platino y paladio en el interior de nanotubos de carbono.

Asombrosamente, la investigación es ahora lo suficientemente eficaz para producir moléculas de ocho o nueve cadenas largas de hidrocarbono con una eficacia del uno por ciento a temperatura ambiente. Esta eficacia es ya dos o tres veces mayor que la de cualquier otro proceso industrial. Si se une a las tecnologías “verdes” como el calor masivo que se genera en las torres de energía solar térmica, se pueden alcanzar mayor eficiencia.

Fuente: PNUMA