lunes, 6 de junio de 2011

Adultos jóvenes, los más afectados por esquizofrenia

• Entre los 17 y 25 años aparecen los primeros signos de la enfermedad, informó Hugo Sánchez Castillo, de la Facultad de Psicología de la UNAM
• Según un censo de la OMS, en México la padecen cerca de un millón de personas

La esquizofrenia se presenta con mayor frecuencia entre jóvenes de 17 a 25 años; este trastorno neurodegenerativo incapacitante afecta a cerca del uno o dos por ciento de la población mundial, indicó Hugo Sánchez Castillo, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

En ese rango de edad, se presentan los primeros brotes psicóticos; sin embargo, también se ha encontrado que en la adolescencia y niñez, algunas personas muestran indicadores.

En México, según el último censo realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad la sufre el 0.7 por ciento de la población (casi un millón).

Sin embargo, existen muchos pacientes que no son detectados, porque se encuentran en centros de rehabilitación externos, es decir, “no podemos decir que éste es el universo de personas afectadas, pues quienes están en situación de calle o son tratados por otro trastorno no son censados”, aclaró.

Signos de la esquizofrenia

Esta afección, agregó, impide un adecuado desarrollo del enfermo. Tiene tres tipos de signos: positivos, negativos y cognitivos. Los dos primeros corresponden a características que pueden o no tener los enfermos.

Los signos positivos se refieren a las cosas que no están presentes en los individuos normales, como alucinaciones e ilusiones. El sistema sensorial literalmente engaña y genera imágenes que no existen, y se pueden dar a nivel olfativo, somato-sensorial, visual y auditivo; las más comunes son las dos últimas. Las alucinaciones pueden ser complejas e interactuar con el enfermo, lo que deriva en el desarrollo de problemas en términos de la interpretación de la realidad.

Los negativos, añadió, hacen al afectado apático, aislado y con pobreza de lenguaje, principalmente.

En tanto, los cognitivos son complicaciones ligadas al pensamiento, como problemas de atención, memoria, lenguaje y toma de decisiones. Desgraciadamente, alertó, la esquizofrenia no se asocia con éstos. “Permiten identificar el padecimiento, pero no evaluarlo”.

“Los signos negativos y positivos son atendidos por su visibilidad, pero los cognitivos son ignorados. No es lo mismo evaluar un sistema motor deteriorado, que un cerebro alterado”.

Por ello, en el Laboratorio de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la FP, se estudia cuáles son las bases que dan al esquizofrénico un problema a nivel cognitivo.

Este trastorno se asocia al sistema dopaminérgico –neurotransmisor, con cuatro vías principales: mesolímbica, mesocortical, nigroestriatal y tuberoinfundibular—, porque se ha encontrado que los enfermos, en primera instancia, responden a fármacos vinculados con el sistema de neurotransmisión.

El especialista de la FP destacó que la vía mesolímbica, que va de la parte intermedia del cerebro hacía el límbico, dónde se presentan las emociones, se relaciona con los signos positivos y negativos.

Mientras, el sistema mesocortical se vincula con problemas de atención, concentración y memoria; éste también participa en los signos negativos. A su vez, la nigroestriatal corresponde a sistemas motores, y la vía tuberoinfundibular, al sistema endocrino.

Aunque esto parece coherente, aclaró, no todos los pacientes responden al tratamiento con los neurolépticos –fármacos— que se tienen a disposición. Los afectados continúan con problemas de desorganización del pensamiento, aún si son medicados.

Si se piensa en la dinámica del sistema nervioso, éste no trabaja aislado, contempla la activación de subsistemas y sistemas principales que median la información del sistema nervioso central.

Junto con el sistema dopaminérgico, se tienen otros de importancia para el funcionamiento del cerebro y comportamiento del humano, como el glutamatérgico, serotonérgico, colinérgico y el gabaérgico.

La conducta normal entre los sujetos se debe a la regulación y equilibrio entre los sistemas de neurotransmisión. “Si hay desbalance en uno de ellos, en consecuencia ocurre uno general, porque los mismos sistemas tratan de regular el padecimiento”, añadió.

Además, destacó, los esquizofrénicos pueden presentar diversos tipos de alteraciones que involucran a otras vías de neurotransmisión, y aunque esto se opone a la teoría dopaminérgica, está apoyado por evidencias como la presencia de una hipofrontalidad.

La corteza prefrontal –encargada de regular el aspecto social— del paciente se pierde. Por ello, las personas se vuelven más impulsivas y no se detienen ante nada. Esta hipofrontalidad puede explicarse por varias circunstancias, como la deficiencia de dopamina y serotonina.

Asimismo, el sistema colinérgico también se ha involucrado en este padecimiento, porque el paciente presenta problemas cognitivos. Incluso, se ha demostrado que un gran número de esquizofrénicos tienen una tendencia a consumir parches de nicotina, a fumar más o al abuso de drogas de tipo colinérgico. De alguna manera, la estimulación colinérgica permite al sistema comenzar a tener una regulación.

Tratamientos

Debido a que la esquizofrenia es un trastorno neurodegenerativo y los pacientes no son atendidos en etapas tempranas, es difícil una recuperación total. Los medicamentos apoyan a lograr mejoras en los signos que se presentan, pero no los curan.

De hecho, subrayó el universitario, en México no todos los enfermos son captados a tiempo, debido a que las instituciones de salud presentan deficiencias en la atención y de fármacos.

La esquizofrenia no sólo se relaciona con la remisión de los signos y síntomas, sino con la reintegración del sujeto a la sociedad, pues este padecimiento es discapacitante y el sujeto ya no puede discernir correctamente.

Por ello, indicó que en el laboratorio a su cargo se exploran alternativas que permitan recuperar funciones perdidas. La terapia, medicamento y apoyo de la familia son parte de un tratamiento integral, subrayó.

Detonantes

El especialista comentó que hay varios factores que pueden detornar este trastorno, como las complicaciones obstétricas, problemas en el neurodesarrollo, la genética, deficiencias a nivel de los receptores, consumo de drogas y alcohol, entre otros.

Sin embargo, concluyó, la predisposición no significa destino, pues el ambiente y estilo de vida juegan un papel importante.

Fuente: DGCS-UNAM