miércoles, 1 de junio de 2011

Podrían continuar las emisiones de cenizas del volcán islandés Grimsvötn

• Se prolongarían si la capa de hielo que lo cubre es gruesa y suministra suficiente agua para generar explosiones al contacto con la lava, explicó Servando de la Cruz, investigador del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica

• Se requiere más tiempo para hacer un diagnóstico y pronóstico de la actividad

La emisión de cenizas derivada de la erupción del volcán islandés Grimsvötn, iniciada el domingo pasado, podría prolongarse si la capa de hielo que lo cubre tiene capacidad para suministrar suficiente agua. Todavía hay poca información y se investiga el espesor del hielo en el punto exacto donde ocurrió el fenómeno para hacer modelos en torno a su posible duración. También depende de la composición del magma que se produce, explicó Servando de la Cruz

El investigador del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM, expuso que tal vez, la cubierta no sea muy delgada, pero se requiere más tiempo para observar la evolución de la erupción y hacer un diagnóstico y pronóstico. “Para el fin de semana se tendrán datos más precisos”.

El experto explicó que el volcán en Islandia es característico de los que existen en ese país. “Es un área de mucho interés por la presencia de la cordillera Atlántica, submarina y muy profunda, pero que emerge a la superficie en sitios como Islandia. Se trata del la zona llamada rift, donde se separan las placas tectónicas de Norteamérica y Euroasiática”.

Ahí, a lo largo de esa especie de fractura tensional, la corteza terrestre se abre, deja salir el material magmático y genera vulcanismo. Sin embargo, la actividad se concentra en Islandia, de forma tan marcada que, incluso, explica el origen a esa enorme isla.

El rift es una estructura compleja que tiene varias fracturas, a lo largo de las cuales hay sistemas volcánicos, como el Eyjafjallajökull, que hizo erupción el año pasado.

De la Cruz señaló que este tipo de erupciones en general son poco explosivas si se dan al aire; pero si la lava interactúa con una capa de hielo o entra en contacto con agua, se genera la fase explosiva y una gran cantidad de ceniza. La alta energía térmica del magma funde catastróficamente al hielo y explota como una caldera de vapor. Sin embargo, la emisión de magmas más ácidos puede también generar actividad explosiva productora de ceniza, aun sin la contribución del hielo.

Por eso, si el fenómeno ocurre donde no hay glaciar, en general se ven fuentes de lava parecidas a las de Hawai, es decir, chorros procedentes de las grietas. En 2010, la erupción islandesa empezó de esa manera, subaérea; era una fuente de magma muy espectacular, pero sin gran problema.

Sin embargo, las fracturas son muy largas y puede darse el caso de que el sitio se cierre y el flujo busque otro camino. Tal fue el caso del Eyjafjallajökull, que se abrió más al este, bajo un glaciar, y en ese momento, comenzó la fase explosiva, un mes después de iniciada la actividad eruptiva, con la presencia de una gran cantidad de ceniza y las consecuentes dificultades para el tránsito aéreo.

El volcán Grimsvötn, el más grande y activo de Islandia, con erupciones muy frecuentes que, frecuentemente inician bajo el hielo, ha tenido una primera fase explosiva más fuerte que la del Eyjafjallajökull, con una columna más alta.

El impacto que tengan las nubes de ceniza son resultado de un efecto acumulativo, expuso; para que haya una cantidad importante debe registrar emisiones continuas. En cuanto a la salida de magma, “probablemente continúe, porque no se detiene de un día para otro; el volumen involucrado es grande, y en ocasiones, como en 1783, alcanzó hasta varios kilómetros cúbicos”.

Hasta que la capa helada se derrita por completo se pasará de la fase explosiva a una efusiva, donde sólo se emita lava; puede continuar la producción de ceniza, en mucho menor medida, siempre y cuando el magma se mantenga con una composición que no genere un potencial explosivo propio.

Un factor determinante es el meteorológico. La ceniza irá donde la lleve el viento; en este caso, los predominantes, a distintas altitudes, soplan al sureste y al oeste por lo que se formarían dos plumas a distintas altitudes.

Así, una parte viaja al continente europeo; llega primero a las islas Británicas y países escandinavos. La otra, eventualmente, llegará a la parte norte de América, a Canadá, pero con menos concentración, “más dispersas”.

En México, la afectación sería para quienes tienen planeado viajar a Europa de ida o vuelta, sobre todo, al norte. “Si continúan columnas grandes varias semanas, posiblemente crezca el número de cancelaciones”.

A diferencia del año pasado, en esta ocasión se ha subido la tolerancia o cantidad en el aire para suspender vuelos. El año pasado fue de alrededor de dos miligramos por metro cúbico, y ahora, aumentó 20 veces. Es decir, aunque haya 20 veces que el año pasado en el aire, continuará la navegación aérea.

Fuente: DGCS-UNAM