lunes, 21 de noviembre de 2011

Mapean la distribución mundial de gases de efecto invernadero y partículas contaminantes

Una serie de vuelos de investigación entre el Ártico y la Antártida, ha permitido obtener, con un nivel de detalle sin precedentes, una especie de mapa internacional de la distribución en la atmósfera de los gases de efecto invernadero y las partículas de aerosoles que más afectan al clima de la Tierra.

El proyecto, conocido por su acrónimo HIPPO, ha ayudado a los científicos a recopilar una cantidad ingente de datos sobre la atmósfera. El equipo de investigación ha estudiado muestras de aire de diferentes latitudes en varias estaciones del año, a altitudes de entre 150 y 13.750 metros.

En cada una de las misiones, el equipo de investigación viajó desde Colorado hasta Alaska y el Círculo Polar Ártico, luego a Nueva Zelanda, pasando sobre el Pacífico, y por último a las inmediaciones de la Antártida. Los vuelos tuvieron lugar en diferentes estaciones del año, lo que ha permitido conocer las distintas concentraciones de gases con efecto invernadero que se dan dependiendo de cada una.

Uno de los logros más significativos del programa HIPPO ha sido determinar cuánto CO2 es capturado, y cuánto es liberado, por la vegetación terrestre y la flora oceánica en cada estación del año. Esas mediciones ayudarán a los científicos a hacer estimaciones más exactas del ciclo anual del dióxido de carbono en la atmósfera, y a distinguir entre la influencia de la naturaleza y la de la actividad humana en las concentraciones de este gas.

El equipo también comprobó que las partículas de hollín emitidas por algunos vehículos y procesos industriales, así como por incendios, se distribuyen en la atmósfera con más amplitud de lo que se pensaba. Tales partículas pueden afectar al clima de varias maneras, como por ejemplo al absorber directamente radiación solar, al influir en la formación de nubes, o al alterar las tasas de fusión del hielo o la nieve cuando se depositan encima de éstos.

Los investigadores también se sorprendieron al encontrar concentraciones de óxido nitroso más grandes de las esperadas a gran altitud en la atmósfera de las zonas tropicales. El hallazgo es muy importante desde el punto de vista medioambiental, ya que este gas retiene calor, contribuyendo así al calentamiento global, y además promueve el deterioro de la capa de ozono. Los niveles de óxido nitroso han estado aumentando durante décadas, debido en parte al uso intensivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura.

Fuente: PNUMA