• Mientras en el mundo empresas, gobiernos y centros de investigación avanzan en esas áreas, la sociedad carece de información básica sobre sus significados, dijo Gian Carlo Delgado, investigador del CEIICH
• Ese nuevo conocimiento debe incluir evaluación de riesgos y análisis de su percepción social, opinó Brian Wynne, de la Universidad de Lancaster, Gran Bretaña
Mientras en varios países las empresas, gobiernos y centros de investigación desarrollan las nanociencias y nanotecnologías, en la sociedad se carece de información básica sobre qué significan esos conceptos, afirmó Gian Carlo Delgado Ramos, académico del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
Con un escaso conocimiento de esas disciplinas, los ciudadanos, tanto en México como en Estados Unidos y Europa, tienden a rechazar estos desarrollos incluidos los de alimentos, pero los aprueban si forman parte de equipos de cómputo o comunicaciones, añadió el economista y doctor en Ciencias Ambientales.
Organizador en el CEIICH del Ciclo de Conferencias Complejidad y tecnociencia: biotecnología y nanotecnología, consideró que aún hay una gran distancia entre uno de los frentes tecnológicos de vanguardia de principios del siglo XXI y la información que se tiene sobre lo que son, sus alcances, así como potenciales daños y beneficios.
Riesgos y medidas precautorias
En el desarrollo de ambas disciplinas son necesarias la evaluación de riesgos y la comprensión social de la ciencia, consideró por su parte Brian Wynne, del Consejo de Investigación Económica y Social (ESRC) de la Universidad de Lancaster, Reino Unido.
El especialista en tecnología, evaluación y percepción pública de la ciencia, consideró que se requiere un amplio trabajo de evaluación de riesgos, que se comunique a la sociedad, a la que deben llegar conceptos e información fidedigna sobre los alcances de un biochip introducido a un nuevo fármaco o una nanopartícula incluida en un cosmético.
El también físico de materiales y sociólogo indicó que esta nueva área de conocimiento, caracterizada por la innovación y, por ende, por una rápida conexión con la producción industrial y el mercado económico, debe comunicarse, regularse y etiquetarse.
El universo en nanómetros
Si se manipula a una escala diminuta y controlada, la materia se comporta de forma distinta a la que conocemos en la naturaleza. Esa condición ofrece muchas posibilidades que los científicos exploran en varios países para desarrollar los nuevos materiales, alimentos y fármacos del siglo XXI.
La escala de lo minúsculo está regida por el nanómetro, unidad donde un cabello es un gigante y un metro es mil millones de veces más grande.
Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro, y en su escala se pueden medir átomos, moléculas y virus, pero una bacteria o una célula son muy grandes para registrarse.
Actualmente, con esta disciplina se desarrollan medicamentos más precisos, alimentos modificados, tubos de carbono y nuevos aditamentos electrónicos.
Fuente: DGCS-UNAM