viernes, 3 de junio de 2011

Es necesario monitorear también la contaminación por ruido y microbiana

En algunas zonas llega a 90 decibeles, cuando la OMS recomienda no superar los 70

La Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) carece de monitoreo sobre el ruido que el paso de los automotores produce y tampoco revisa la calidad del aire al que se exponen los habitantes en el aspecto microbiano, algo en lo que las autoridades también deberían ocuparse y proporcionar información, señala la directora del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas, adscrito al Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara, Martha Georgina Orozco Medina.


Agrega que el ruido es un aspecto medular como factor de contaminación, sobre todo porque el estrés que produce puede estar asociado con cambios tan fuertes en el organismo que produce alteraciones cardiovasculares, alteraciones del sueño, aumento de la presión sanguínea, insuficiencia respiratoria y cardiaca, alteraciones musculares, lo que llega a afectar el sistema inmunológico.
Las consecuencias anteriores sobre el organismo humano, serían razones suficientes como para que la población pudiera contar con un sistema que informara sobre la exposición a la que a diario sufren las personas en esa materia, sin embargo no hay nada sobre el tema. “El campo visual también se ve afectado por el ruido con la posibilidad de aumentar la incidencia de accidentes. Además, al estar alterado el sistema nervioso hay documentación relacionada con trastorno al sistema inmunológico”, dijo.


Orozco Medina agrega que los sitios en la ZMG donde llega el ruido a superar los 90 decibeles, cuando la Organización Mundial de la Salud señala que es alto, crítico y riesgoso si supera los 70 decibles, suelen ser las avenidas en las que transitan más autobuses, las calles son más estrechas, hay demasiados topes, hay carencia de espacios verdes y mala semaforización, “características todas que encontramos en la zona del centro, por ejemplo”.


“En varios de nuestros estudios que hemos realizado, además del problema de ruido para algunas zonas habitacionales o avenidas de mucho tránsito, también hemos encontrado altos niveles de carga y contaminación microbiana y patógenos en el aire, que causan malos olores en diferentes sitios, es algo que tampoco se informa a la población”, concluyó la directora del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas.

Fuente: UdeG