La cuenca mediterránea multiplicará por dos sus emisiones de gases de efecto invernadero o clorofluorocarbonos (CFC), en el año 2025 con respecto a 1990, si los países ribereños continúan con la actual tendencia, advirtió en Barcelona, la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera.
La delegada, que ha participado en un coloquio sobre los objetivos energéticos y medioambientales de cara al horizonte 2020 -en el marco del quinto foro Euromediterráneo de la Energía que se celebra en Barcelona, ha señalado que entre dos tercios y tres cuartas partes de las emisiones de estos gases están vinculados con el consumo de energía (cerca de un 72% en el área mediterránea).
El aumento demográfico de los países del norte de África y su desarrollo económico han provocando un aumento de la demanda energética de estos estados que ha conllevado un incremento de estas emisiones de un 58% (frente al 18% de los países de UE que, no obstante, tiene unos niveles de emisiones más elevados per cápita).
Este quinto foro -coorganizado por el Club Español de la Energía y el Instituto Europeo del Mediterráneo- aborda la cuestión de la cooperación como condición necesaria para lograr un crecimiento económico en todos los países del área.
Según Ribera, Europa deberá invertir hasta el año 2025 cerca de un trillón de euros para actualizar sus infraestructuras obsoletas o construir unas nuevas que faciliten la transición hacia el nuevo modelo energético, donde la lucha contra el cambio climático tendrá un papel preponderante, por la influencia que este fenómeno puede tener en ámbitos como el suministro de agua, las precipitaciones o la agricultura.
Para el director del Observatorio de Políticas Energéticas Europeas, Theodore Tsakiris, el sector se encuentra en una situación de inestabilidad por los efectos de las llamadas primaveras árabes del norte de África y Oriente Próximo, situación, que ha reconocido, no era previsible hace apenas un año, y que podrían haber generado incluso un mayor aumento de los precios del petróleo en occidente de haberse extendido a otros países de Oriente Medio.
Sobre el caso de Libia, uno de los principales productores de petróleo del continente africano, Tsakiris ha indicado que habrá que esperar a ver cómo finaliza el conflicto. “El trabajo duro empieza ahora, no digo que vaya a ser un nuevo Irak, pero el rol de la UE en Libia tiene que ser más importante en los próximos meses”, ha remarcado.
El consejero de la Comisión Nacional de la Energía, Joan Batalla Bejerano, ha defendido la necesidad de un mercado interior de energía en la UE que garantice el suministro y resulte competitivo y sostenible, y ha abogado por establecer alianzas privilegiadas con socios de la otra ribera mediterránea (de donde procede el 20% del gas y el 10% del petróleo que se consume en Europa). “Hay que integrar los mercados y fijar una convergencia regulatoria”, ha dicho Batalla, que ve esencial un marco estable en el norte de África que “facilite la inversión”