La pérdida de usos tradicionales en los campos de cultivo y la intensificación agraria, por ejemplo, han provocado una regresión en el número de los animales que conforman su biodiversidad
El actual ritmo de pérdida de biodiversidad es tan elevado que las funciones de los ecosistemas se ven alteradas, con lo que se vuelven mucho más frágiles, añade en un comunicado.
En España, el número de vertebrados amenazados fue en 2007 un 5% mayor que en 1992, año en el que se aprobó el Convenio de Diversidad Biológica en Río de Janeiro, que comprometía a más de 150 países a poner en marcha acciones para su conservación.
En opinión del Observatorio, la integración de las cuestiones relativas a la biodiversidad en las diferentes políticas sectoriales, como elemento transversal, es esencial para una efectiva conservación de la biodiversidad en el país.
Éste es el caso de los ecosistemas agrarios que, por su gran extensión, deben ser uno de los ejes clave de la conservación de la biodiversidad a través de un desarrollo rural sostenible.
Por otra parte, la OSE considera imprescindible mantener una superficie adecuada de cada tipo de ecosistema y una cohesión espacial entre todos ellos.
Esto implica, en algunos casos, aumentar la superficie protegida y, en otros, mejorar la conectividad del territorio, tal y como concluye el informe del Observatorio "Sostenibilidad en España 2010".
Según este informe, la mayor amenaza para los 18 grupos de ecosistemas españoles son los cambios de uso y ocupación del suelo.
La pérdida de usos tradicionales en los campos de cultivo y la intensificación agraria, por ejemplo, han provocado una regresión en el número de los animales que conforman su biodiversidad.
El informe refleja, asimismo, la disminución del número de aves asociadas a estos ecosistemas característicos de la península ibérica.
En general, aquellas especies más ligadas y adaptadas a un hábitat particular, y por tanto las que mayores dificultades tienen para sobrevivir en otros lugares, son las que más se ven afectadas por la reducción, transformación o desaparición de ese hábitat.
De ahí que tener una red representativa de áreas protegidas, capaz de acoger el desarrollo adecuado de todas las formas de vida que se dan en un ecosistema, y mantener las conexiones entre ellas a través de la gestión sostenible del resto del territorio, resulte fundamental para una adecuada protección de la biodiversidad, concluye.
Fuente: PNUMA