Se espera que para el 2025 aumente al menos 80% el suministro de energías alternas
MÉXICO, D.F.- México es uno de los principales productores de petróleo -el séptimo exportador a nivel mundial-, pero factores como el agotamiento de las reservas y el daño ambiental que provoca el hidrocarburo motivan que diversas instituciones busquen desarrollos innovadores que generen energías renovables a partir de los recursos naturales.
El grupo de trabajo ‘Fuentes Alternas de Energía’, impulsado y coordinado por el ‘Foro Consultivo Científico y Tecnológico’ (FCCyT), tiene por objetivo identificar proyectos en los diferentes centros de investigación del país a fin de establecer una vinculación entre la academia y la industria.
La iniciativa busca favorecer un proceso que obliga a los actores de la investigación y el desarrollo a abrirse al entorno y particularmente al mercado con el propósito de instaurar lazos de colaboración, transferir tecnología o bien prestar servicios especializados en relación a estas nuevas energías.
El ingeniero Jorge López Mora, integrante del grupo de trabajo, señaló que México –en comparación con países como Japón y Alemania-, cuenta con los recursos energéticos necesarios para promover el uso de energías renovable las cuales representan una respuesta importante a la demanda generalizada de un modelo sustentable y de progreso nacional.
“Por ello se torna indispensable aprovechar el potencial que tenemos en las diferentes zonas geográficas de nuestro país para la producción de energías a partir de fuentes naturales como la solar, eólica, hidráulica, geotérmica y la biomasa”
Sin embargo, el especialista reconoció que contrario a otras naciones, México requiere de grandes esfuerzos en la creación de políticas energéticas, instrumentos y mecanismos financieros y sociales para incorporar “tecnologías más amigables”.
Referente a la práctica de energías convencionales en la industria, el también vicepresidente de la Comisión de Control Ambiental y Ecológica de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), dijo que actualmente este ejercicio demanda mayor inversión económica por lo que resulta poco rentable y competitivo para el sector productivo.
Las acciones estratégicas que sugiere esta iniciativa, en conjunto con la triple hélice de la vinculación -gobierno, industria y academia-, permitirán fomentar el desarrollo y propiciar una mejor utilización de los recursos naturales, además de reducir la contaminación ambiental y mejorar la calidad de vida de la población mexicana.
Se espera que México en un mediano plazo -en 2025- aumente al menos 80% el suministro de energías alternas a fin de encontrar una relación producción-consumo; tal como lo proponen países europeos.
La prospectiva coincide con el Programa para el Aprovechamiento de las Fuentes Renovables de Energía de la Secretaria de Energía (Sener), pues se prevé que para 2030, la ocupación de biomasa y desechos orgánicos para la generación de combustibles renovables incremente en un 36 y 38 por ciento.
Además de alcanzar avances significativos con esos recursos, también se estima el doble de la contribución del viento en alrededor de 19% y una aportación similar de la hidroenergía, esta última con un crecimiento del 2.3 por año a partir de 2002.
El experto concluyó que para llegar a esa meta, es indispensable perfilar los nuevos proyectos hacia la vinculación debido al potencial y rentabilidad que pueden lograr los desarrollos en cualquier país, sin dejar de lado la tecnología presente en el momento indicado.
La propuesta cuenta con la participación de universidades como la Nacional Autónoma de México y Autónoma Metropolitana, el Instituto Politécnico Nacional y el Tecnológico de Monterrey.