• Aquellas que han sido competitivas representan un nicho de oportunidad en el extranjero, indicó Joaquín Flores, profesor de la FES Cuautitlán
Pareciera que las exportaciones no son asunto de las PyMEs (pequeñas y medianas empresas); sin embargo, hoy el comercio internacional ya no se registra entre naciones, sino entre empresas. Se ha convertido en un intercambio intrafirma y eso deja a algunas compañías con escasa capacidad de maniobrar”, aseguró Joaquín Flores Paredes, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM.
No obstante, las PyMEs que han resistido la competencia iniciada a mediados de los 80 —etapa en que se comenzó a abrir el mercado nacional— tienen posibilidades de incursionar en el comercio exterior.
En la sala José Luis Ceceña Gámez, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), explicó que las pequeñas y medianas empresas no están en una situación pujante respecto a la exportación, por lo que es necesario investigar y ubicar las fallas para poder impulsar a este sector productivo del país.
“Es un reto para los universitarios establecer contacto con estas unidades industriales para favorecer la posibilidad de que salgan del país”, señaló el académico al presentar la ponencia La logística del comercio exterior en México.
Una PyME no puede invertir en publicidad, pero sí participar en encuentros internacionales para dar a conocer su producto y establecer contactos. Sin embargo, si no logra vender su producto con una dinámica razonable en el país y además piensa incursionar en otro mercado sin realizar antes un análisis FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas), arriesga su capital.
En ocasiones, agregó, los dueños confían en su instinto y no se ocupan de estos elementos frente a la competencia nacional y extranjera, y en el mercado exterior es fundamental tomar en cuenta el precio, el diseño y la calidad para tener una empresa viable. “Estos factores deben satisfacer al público al que va dirigido el producto. Si cuenta con tres elementos clave: bajo costo, buen diseño y calidad en materiales, la sumatoria define su competitividad”.
Al respecto, dijo que las empresas, principalmente las pequeñas, deben identificar su punto de equilibrio, es decir, el nivel en el que no pierden ni ganan, porque es una referencia muy útil para determinar, a partir de su producción y venta, cuándo empiezan las ganancias.
Apoyo a estudiantes
Joaquín Flores informó que en las FES de la UNAM, ya cuentan con material sobre El contexto del comercio exterior de México: retos y oportunidades en el mercado global, con el propósito de apoyar a los estudiantes que cursan la licenciatura en comercio exterior nacional.
Este texto es una invitación para que se reflexione sobre la importancia de que México logre que sus relaciones comerciales con el exterior contribuyan a mejorar las condiciones internas de ese importante sector.
Recordó que para comprender cómo funcionaba el comercio exterior de México a finales del siglo XX, es necesario ubicarlo en el contexto de la economía y del comercio internacional, y conocer las normas y las teorías en que se apoyan las instituciones para regular esas actividades comerciales.
Si la exportación de bienes y servicios en México ha sido, hasta ahora, asunto casi exclusivo de las maquiladoras, de las grandes empresas trasnacionales y de unas cuantas de capital nacional, existen también otros nichos del mercado, como son las pequeñas y medianas empresas, que cuentan con un potencial exportador que puede ser aprovechado.
La publicación incluye una revisión de las principales corrientes teóricas y un análisis del comercio exterior del país a partir de las políticas comerciales que se han instrumentado de 1940 a 2003, y sus registros en la balanza de pagos.