martes, 5 de abril de 2011

CÓMO EL DOS POR CIENTO DEL PIB MUNDIAL PUEDE IMPULSAR UN CRECIMIENTO MÁS VERDE Y RACIONAL COMBATIENDO AL MISMO TIEMPO LA POBREZA

El nuevo informe del PNUMA subraya el camino de las políticas e inversiones públicas sostenibles rumbo a Río+20

Invertir el dos por ciento del PIB mundial en diez sectores fundamentales puede poner en marcha una transición hacia una economía verde baja en carbono y con un uso más eficiente de los recursos, según un nuevo informe presentado hoy.

Dicha cantidad, equivalente actualmente a alrededor de 1.3 billones de dólares anuales, respaldado por políticas nacionales e internacionales con miras al futuro, permitiría que la economía mundial creciera al menos al mismo ritmo, si no es que mayor, que el previsto con los modelos económicos actuales.

Pero —indica el estudio — sin los riesgos, impactos, carencias y crisis crecientes, cada vez más inherentes a la economía «marrón», caracterizada por el agotamiento de los recursos y elevados niveles de carbono.
Así, el informe pone en entredicho el mito de la supuesta disyuntiva entre inversión ambiental y crecimiento económico y, en su lugar, apunta hacia una «generalizada asignación incorrecta del capital».

El informe no solo considera una economía verde como una opción pertinente para las economías más desarrolladas, sino también un catalizador del crecimiento y de la erradicación de la pobreza en las economías en desarrollo, en las que en ocasiones cerca del 90 por ciento del PIB depende de la naturaleza o capital natural, tales como los bosques o el agua dulce.

En el informe se hace referencia a la India, donde más del 80 por ciento de los 8.000 millones de dólares de la Ley Nacional de Garantía de Empleo en Zonas Rurales, que asegura al menos 100 días de trabajo remunerado a los hogares rurales, se invierte en la conservación del agua, la irrigación y el desarrollo del suelo.

  • Esta ley ha generado 3.000 millones de días de trabajo remunerado, beneficiando a cerca de 60 millones de hogares.

Actualmente, las enfermedades transmitidas por el agua a causa de servicios de saneamiento inadecuados provocan pérdidas equivalentes al dos por ciento del PIB combinado en Camboya, Indonesia, Filipinas y Vietnam.

  • Políticas para reasignar más de una décima parte del uno por ciento del PIB mundial anualmente pueden ayudar no sólo a abordar el problema de los servicios de saneamiento sino también a conservar el agua dulce, reduciendo la demanda de agua en una quinta parte para el 2050, en comparación con la tendencia prevista

Para realizar este informe se han simulado los resultados que se obtendrían reasignando aproximadamente 1,3 billones de dólares anuales a inversiones verdes en diez sectores fundamentales — cifra equivalente a algo menos de una décima parte de la inversión total anual en capital físico.

Actualmente, el mundo gasta entre el uno y el dos por ciento del PIB mundial en una serie de subvenciones que a menudo no hacen sino perpetuar una utilización insostenible de los recursos en áreas como los combustibles fósiles, la agricultura, incluyendo subvenciones a los plaguicidas, el agua y la pesca.

Muchas de estas subvenciones contribuyen a generar daños ambientales e ineficiencias en la economía mundial, de ahí que su progresiva reducción o eliminación definitiva generaría múltiples beneficios, permitiendo liberar recursos para financiar la transición a una economía verde.

Ingresos y empleo

Además de propiciar un mayor crecimiento, una transición generalizada a una economía verde permitiría obtener ingresos per cápita más elevados que los de los modelos económicos actuales, al mismo tiempo que reduciría la huella ecológica casi en un 50 por ciento en el 2050 respecto al modelo actual.

El informe sobre economía verde reconoce que, a corto plazo, la pérdida de puestos de trabajo en algunos sectores, como el de la pesca, resulta inevitable si se quiere realizar la transición a la sostenibilidad.

Con el fin de garantizar una transición justa y aceptable socialmente será necesario efectuar inversiones,(financiadas, en algunos casos, con los recortes de las subvenciones perjudiciales, para re-entrenar y re-educar a una parte de la fuerza de trabajo mundial.

El informe defiende que, a la larga, el número de «empleos nuevos y dignos» que se crearán en sectores como las energías renovables o la agricultura sostenible compensarán los puestos de trabajo perdidos en la antigua «economía marrón».

Por ejemplo — afirma el informe— invirtiendo cada año aproximadamente el 1,25 por ciento del PIB mundial en eficiencia energética y energías renovables se podría reducir la demanda primaria mundial de energía en un nueve por ciento en 2020 y cerca del 40 por ciento para 2050.

  • Los niveles de empleo en el sector energético serían un veinte por ciento más altos que con el escenario del modelo actual, cuando las energías renovables representen alrededor del 30 por ciento de la demanda primaria mundial de energía, lo que sucederá hacia mediados de siglo
  • El ahorro en los costos de capital y de combustible necesarios para generar energía eléctrica estaría, en una economía verde, en torno a los 760.000 millones de dólares anuales entre 2010 y 2050.

En el informe Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza también se hace hincapié en las enormes oportunidades para el desacoplamiento de la generación de residuos y el crecimiento del PIB (tales como la recuperación y el reciclaje).

  • En la República de Corea se aplica una política de «responsabilidad extendida del productor» que obliga a cumplir ciertas normas con relación a productos como baterías y neumáticos o embalajes (vidrio y papel, por ejemplo). De este modo, se ha conseguido incrementar la tasa de reciclaje en un 14 por ciento y se ha generado un beneficio económico de 1.6 miles de millones de dólares
  • En Brasil, el reciclaje ya genera 2 mil millones de dólares anuales y permite evitar 10 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero; en este caso, una economía con l reciclaje total tendría un valor del 0,3 por ciento del PIB del país.

El informe, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en colaboración con economistas y especialistas de todo el mundo, plantea sus aspiraciones la de cumplir y mantener los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, entre ellos, reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre así como el de las que no tienen acceso a agua potable.

Otra de sus metas generales es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles más seguros (en torno a 450 partes por millón) antes de 2050.

Las conclusiones del estudio fueron presentadas hoy a los Ministros de Ambiente de más de 100 países durante la inauguración del periodo de sesiones del Consejo de Administración/Foro Ambiental a nivel Ministerial del PNUMA.

El informe, que forma parte de un estudio macroeconómico más amplio publicado en la red, pretende acelerar el desarrollo sostenible y forma parte de la contribución del PNUMA a la preparación de la conferencia Río+20 que se celebrará en Brasil el año próximo.

El informe completo está disponible en línea a partir de hoy y los países están invitados a enviar sus ejemplos de economía verde. Además, en los meses venideros, el equipo de economía verde del PNUMA tiene previsto presentar el informe en capitales alrededor del mundo.

De ese modo podrán conocer de primera mano cómo apoyar a los países y a las comunidades a iniciar la transición a una economía verde, en el marco de sus circunstancias nacionales.

Achim Steiner, Subsecretario General de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA, declaró: «El mundo se encuentra de nuevo rumbo a Río, aunque en un planeta muy distinto al de la Cumbre para la Tierra de Río de 1992».

«Río 2012 tiene como telón de fondo la rápida disminución de los recursos naturales y la aceleración del cambio ambiental —desde la pérdida de los arrecifes de coral y los bosques a la escasez de tierras productivas; desde la necesidad urgente de ofrecer alimento y combustible a las economías a las probables consecuencias de un cambio climático al que no se ha puesto freno», añadió.

«En el informe del PNUMA se documenta y explica en qué consiste la economía verde, haciendo una evaluación enfocada y pragmática de la transición que han iniciado países, comunidades y corporaciones hacia un patrón más sostenible de consumo y producción. Dicha transición tiene su origen en los principios de sostenibilidad que se acordaron en Río en 1992, si bien hay que tener en cuenta que los principios fundamentales que rigen nuestras economías han de evolucionar en términos de políticas públicas y respuestas del mercado», señaló.

«Tenemos que dejar atrás viejas polaridades como la disyuntiva entre desarrollo y ambiente, entre Estado y mercado, y entre norte y sur», indicó Steiner.

«Más de 2,5 miles de millones de personas viven con menos de 2 dólares al día y, teniendo en cuenta que en 2050 vivirán en el planeta más de 2mil millones de personas más, está claro que debemos seguir impulsando el desarrollo y el crecimiento de nuestras economías. No obstante, ese desarrollo no puede lograrse a costa de los propios sistemas de mantenimiento de vida en la tierra, los océanos o la atmósfera, los cuales sostienen nuestras economías y, por ende, la vida de todos nosotros», añadió.

«La economía verde es una parte fundamental de la estrategia para mantener la huella ecológica de la humanidad dentro de los límites del planeta. Pretende vincular los imperativos ambientales para cambiar el camino con los resultados económicos y sociales, concretamente el desarrollo económico, la creación de empleo y la equidad », concluyó Steiner.

Pavan Sukhdev, temporalmente en adscripción desde Deutsche Bank y director de la Iniciativa de Economía Verde del PNUMA, declaró: «Los gobiernos desempeñan un papel fundamental para hacer posible la transición, modificando leyes y políticas e invirtiendo dinero público en riqueza pública. De ese modo también se podrán destinar billones de dólares del capital privado a la promoción de la Economía Verde».

«La asignación incorrecta de capital es una de las principales razones de los dilemas a los que se enfrenta el mundo actualmente, y hay medidas que se pueden empezar a tomar desde ya, literalmente: desde comenzar a reducir y eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles, cuyo valor supera los 600 mil millones de dólares en todo el mundo, hasta redirigir los más de 20 mil millones con los que, contra toda lógica, se recompensa a aquellos que se dedican a actividades pesqueras insostenibles», explicó.

«Una economía verde no consiste en suprimir el crecimiento y la prosperidad, sino en vincularlos de nuevo a la riqueza real, en reinvertir en el capital natural en lugar de agotarlo, y en favorecer a la mayoría en lugar de a una minoría. Se trata de una economía mundial que también reconoce la responsabilidad intergeneracional de las naciones, que han de entregar a los jóvenes y a los que aún no han nacido un planeta sano, vivo y productivo», añadió Sukhdev.