lunes, 25 de abril de 2011

Asesoran académicos de la UNAM a comunidades para aprovechar sus recursos naturales

• Se busca colectar y resguardar semillas de plantas útiles y capacitar a la población para que realice acciones encaminadas a conservar las más importantes
• En San Rafael Coxcatlán, Puebla, crearon un invernadero y se proponen instrumentar espacios de conservación en huertos familiares e impulsar el ecoturismo

En regiones rurales de México, la sobreexplotación de recursos naturales podría propiciar amenazas de extinción de muchas especies. Por ello, desde hace casi cuatro años, un grupo interdisciplinario de académicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, encabezado por Rafael Lira, desarrolla el proyecto Conservación ex situ de los recursos vegetales de San Rafael Coxcatlán, Puebla, con apoyo de una donante anónima a través de los Jardines Botánicos de Kew, en Inglaterra.

Lira, del Laboratorio de Recursos Naturales de la Unidad de Biotecnología y Prototipos (Ubipro), explicó que la comunidad poblana tiene 320 habitantes, su principal actividad económica es la agricultura, y aunque se trata de un pueblo pequeño tiene una riqueza natural invaluable. Además, es importante porque, a poca distancia, se localiza la llamada Cueva del Maíz.

Estudios previos al inicio del proyecto lograron documentar que en los alrededores de San Rafael prosperan 374 especies, de 249 géneros y 87 familias de plantas vasculares, de las que 368 son destinadas a uno o más usos por los habitantes de la región.

Avances del proyecto

Con el proyecto, explicó, se busca colectar y resguardar semillas de plantas útiles, así como capacitar a los habitantes de San Rafael en la propagación y conservación de esos recursos. Dadas las características del área, el plan también contribuye a la preservación de simientes de especies de zonas áridas, que desde hace años, se realiza de manera conjunta entre la Ubipro y los Jardines Botánicos de Kew.

En la primera etapa (2008-2010), el equipo de trabajo logró recolectar y resguardar, en la colección de germoplasma de la FES Iztacala, las semillas de 114 especies útiles que, en su mayoría, fueron elegidas por los pobladores como prioritarias.

Mediante estudios etnoecológicos y fitoquímicos se determinó la distribución, abundancia y disponibilidad de las mismas, así como entender la química de una veintena de plantas medicinales, consideradas como primordiales por los lugareños, como la sangre de grado (Jatropha neopauciflora), el cuachalala (Amphipterygium adstringens), el pochote (Ceiba aesculifolia ssp. Parvifolia) y el aceitillo (Arida).

Otros investigaciones se han enfocado a la fisiología de tres especies medicinales: el popote (Gymnosperma glutinosum), el venenillo(Castela erecta) y el orégano (Lippia graveolens).

Para ello, se construyó un invernadero en terrenos de la comunidad, en el que estas especies han sido propagadas y estudiadas; así, se han establecido las condiciones óptimas para la germinación de semillas y se han determinado los efectos de la radiación y el riego en la acumulación de los metabolitos que respaldan su uso medicinal.

Otra parte importante del proyecto, mencionó Lira, es la capacitación en distintos niveles. En la primera etapa, mediante talleres, 30 adultos y 40 niños recibieron algún tipo de entrenamiento en el manejo del invernadero y técnicas de propagación. Además, se preparó material documental que fue distribuido entre la comunidad relativo a la importancia de esa región y los hallazgos de las especies.

También, 19 estudiantes de licenciatura y tres de posgrado han participado en las investigaciones de laboratorio y de campo, y cinco de nivel superior y dos de maestría han obtenido el grado.

El futuro del proyecto

Aunque en la primera etapa se han obtenido logros importantes, Lira reconoció que, hasta el momento, no ha sido fácil convencer a los habitantes para que exploten al máximo el invernadero y participen de forma más activa en la conservación de sus recursos.

Por ello, prosiguió, en la segunda etapa, que iniciará este 2011, continuará la colecta de semillas de las más de 200 especies de plantas útiles que faltan resguardar, además de fomentar el uso del invernadero, a través de la propagación de especímenes silvestres y algunos domésticos de interés para los pobladores.

En el caso de especies con bajas densidades en la naturaleza, serán empleadas para hacer experimentos de reintroducción. Se pretende involucrar a todo el comisariado ejidal de Tilapa.

El biólogo sostuvo que si se consolidan estos planes, se intentará promover a la región como un sitio de interés ecoturístico, no sólo por su importancia en el contexto histórico por el origen del maíz (el único que se explota en la actualidad), sino también por el papel que juega en la conservación de los recursos vegetales.

El objetivo es que a los visitantes, además del atractivo de la cueva del maíz, se les ofrezca una visita guiada al invernadero, a los huertos y a los lugares donde se hace restauración, finalizó.

Fuente: DGCS-UNAM