Alrededor de 5% de la población la padece asma, una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, específicamente de tráquea y bronquios, en la cual la función pulmonar se altera. Se caracteriza porque los bronquios tienden a cerrarse provocando síntomas respiratorios, como presencia de ruidos en el pecho, dificultad para respirar leve o intensa, frecuentes ataques de tos, sobre todo durante la noche, flemas de aspecto claro y sensación de opresión en el pecho leve o intensa, aseguró Jorge Salas Hernández, director de Enseñanza del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Informó que se presenta con mayor frecuencia en la población infantil y en zonas cercanas al mar, por ejemplo, Yucatán, Veracruz y Guerrero. Jorge Salas señaló que en la población infantil, la enfermedad prevalece en varones y en la adulta, es más frecuente en mujeres. Este padecimiento se asocia principalmente con dos situaciones, la predisposición genética y el ambiente ocupacional, por exposición a diversos alergenos o sustancias irritantes de las vías respiratorias. El asma es una enfermedad que se puede controlar si se mantienen las medidas adecuadas durante el tratamiento y así, los pacientes logran llevar una vida normal como alguien que no la padece. Agregó que en el tratamiento se emplean medicamentos dirigidos a disminuir la inflamación de los bronquios y a dilatarlos. El especialista aclaró que el éxito del tratamiento depende también de que el paciente tenga conocimiento amplio de las causas de su enfermedad para tratar de evitarlas en la medida de lo posible. Finalmente recomendó a quienes viven con asma: estar bajo control de un médico, mantener una adecuada técnica del uso de medicamentos inhalados, aprender a medir su función respiratoria en casa con un flujómetro personal, no fumar, identificar los datos de alarma del descontrol por ejemplo, aumento progresivo de ruido en el pecho yla dificultad para respirar, intolerancia a dormir acostados, que las uñas y labios se pongan morados. Además, poner atención a factores que contribuyan a empeorar la enfermedad como el contacto con mascotas, uso de determinados medicamentos, alimentos, ropa o alguna época del año o el ejercicio. |
Fuente: Secretaría de Salud