martes, 3 de mayo de 2011

Enfermedad de Pica, relacionada con problemas nutricionales

• Este trastorno se identifica si la persona ingiere, chupa o lame objetos; se presenta en etapa preescolar y con el paso del tiempo desaparece, dijo Andrómeda Valencia Ortiz, de la FP
• Ocurre principalmente en personas carentes de hierro y zinc, mujeres embarazadas y enfermos mentales que no discriminan lo que consumen, indicó Arturo Soria, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Infantil de México Federico Gómez

La enfermedad de Pica, considerada un trastorno alimentario, se relaciona con problemas nutricionales específicos o carencia de minerales.

Se identifica si una persona ingiere, chupa o lame objetos o materiales que no son considerados comestibles como tierra, monedas, canicas, gis, papel o cabello, entre otros, coincidieron Andrómeda Valencia Ortiz, especialista de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, y Arturo Soria Magaña, egresado de la Facultad de Medicina (FM) y jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Infantil de México Federico Gómez.

Es más frecuente y común en la etapa preescolar, entre los dos y tres años de edad, especificó Valencia Ortiz, también responsable de Atención Psicológica Infantil del Centro de Servicios PsicológicosGuillermo Dávila, de la FP.

Entonces, “es habitual que, al explorar, a través de las sensaciones, los niños se lleven a la boca cosas que no necesariamente son alimento”. El pequeño que come, mastica su propio cabello o el del compañero, o chupa diversos objetos (principalmente minerales) tiene el problema.

A veces, se relaciona con el comportamiento de otras especies, que ingieren lo que regularmente no está en su dieta para mejorar ciertos problemas, como pasto, en el caso de los perros, para purgarse, ejemplificó.

No obstante, en los humanos está más vinculado con un interés particular que no se explica por la parte alimenticia, pues comen desde tierra y gis, hasta heces fecales.

En ocasiones, se presenta en el ambiente escolar y se relaciona con la ansiedad. Además, se debe verificar que no esté asociado con otros problemas de salud mental, como una discapacidad intelectual, que no permita discriminar entre un alimento y algo que no lo es. “En este trastorno se sabe que lo que come no es un alimento, pero se tiene el deseo de hacerlo”.

Tres grupos de pacientes

En tanto, Arturo Soria señaló que esta afección se llama así en analogía con una urraca, de nombre Pica-Pica, que reúne toda clase de objetos y materiales para construir su nido.

Aunque esta afección es multifactorial y existen al menos tres grupos de pacientes que la padecen por diferentes motivos, entre sus elementos generales destacan la ansiedad y el estrés; este último, en todos los casos, es una de las causas y funciona como disparador, pues para ellos comer objetos descarga tensión. Otros orígenes son físicos, mentales y culturales, destacó.

De esos tres segmentos, el primero reúne a personas carentes de elementos como hierro y zinc, que obtienen con el consumo, por ejemplo, de yeso de las paredes.

El segundo es en mujeres embarazadas, que sufren este mal de manera temporal; ingieren tierra o cal, también por la ausencia de esos componentes. Aunque en este caso, también es una carencia alimentaria específica, a la que se suma un factor cultural, pues en varias comunidades indígenas del mundo comer tierra es una costumbre socialmente aceptada.

El tercero reúne a enfermos mentales, con retraso mental, autismo o esquizofrenia, incapacitados para discriminar entre los productos comestibles y los que no lo son, añadió. En este sector, se deja el terreno psicológico para adentrarse en el psiquiátrico, y se llega a extremos como el consumo del propio excremento.

Soria Magaña aclaró que en los niños menores de dos años de edad es normal llevar a la boca y chupar juguetes o pintura de la pared, pero después de esta etapa de exploración se convierte en un desorden psicológico al que, por lo general, se le presta escasa atención.

Aunque no existen estadísticas de la enfermedad de Pica en México, es más común en personas menores de 30 años. “Aproximadamente, una tercera parte de los pacientes son niños y adolescentes”, señaló.

En ocasiones, se asocia a trastornos mentales, y por ello no se trata como un padecimiento independiente. Además, aún no es conocida, aunque fue descrita hace más de 30 años en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM por sus siglas en inglés).

Consecuencias

Entre las consecuencias de esta enfermedad destacan las infecciones y parasitosis, que pueden producirse por comer tierra u objetos contaminados, y las cirugías, necesarias si en el estómago se acumulan objetos de metal o se forma una bola de cabello o de hilo, que no son digeridos.

A pesar de la experiencia de someterse a esas intervenciones, muchos pacientes repiten la experiencia; esto se debe a un trastorno de control de los impulsos, que hace a ciertos individuos comerse su propio cabello o uñas, concluyó.

Fuente: DGCS-UNAM